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Pensamientos ejes de la mística germánico renana

La mística germana por haberse dado en el territorio del Sacro Imperio Romano Germánico o renana porque se realizó principalmente en la región en torno al río Rin en ciudades como Colonia, Estrasburgo, Bonn y Aquisgrán. Esta mística también llamada especulativa fue encabezada por los miembros de la Orden de Predicadores o dominicos.

Los principaes representantes de la místico germánico – renana son: san Alberto Magno, Juan Eckhart, Juan Taulero, Enrique Susón y Ludolfo el cartujano o de Sajonia.

San Alberto Magno (1206 – 1280)

San Alberto Magno primero desarrolló su sistema filosófico – científico al iniciar la cristanización de la obra de Aristóteles, que terminó alrededor de 1258. Después, ya con este conocimiento se profundizó en la teología hasta su muerte en 1280.

Para san Alberto la sabiduría es el amor de la contemplación de las cosas eternas. La vida contemplativa es el camino para alcanzar la verdad, el amor y la bondad. La vida contemplativa se caracteriza por su unidad, pureza, eternidad, firmeza y delectación.

San Alberto Magno planteó tres pasos básicos de su mística:

  1. Aceptación de la Cruz. «La cruz es la imagen de Cristo que sufrió por los hombres y fue crucificado, así la carne debe ser crucificada en nosotros, nosotros debemos sufrir con el prójimo y ser crucificado en el mundo».
  2. Seguir a Cristo quien es el Maestro y el Señor Imitar a Cristo es fundamental para alcanzar la sabiduría y la salvación. Quienes están con Cristo crucifican la carne.
  3. Renunciar a sí mismo. Uno de los puntos básicos es seguir la pobreza voluntaria, que permite reencontrase consigo mismo, cultivar la paciencia y asemejarse con Cristo. Renunciar a si mismo también implica amar al enemigo.

San Alberto subraya que es es importante sintetizar tanto la vida contemplativa representada por santa María Magdalena como la vida activa simbolizada por santa Marta. «Todo lo que forma parte de la vida activa está orientada hacia el bien en la medida que lo útil es bueno; y todo lo que forma parte de la vida contemplativa está orientada hacia el bien; en tanto que lo honesto y lo deleitable son bienes en sí mismos».

Juan Eckhart (1260 – 1327)

Juan Taulero, el Doctor Iluminado (1290 – 1361)

Siguiendo una tradición muy usada por los místicos; el diálogo escribió una obra breve y muy famosa: Diálogo entre un teólogo y un mendigo. Un teólogo le pidió a Dios durante ochos años que le mandara a una persona de dcirle como lograr la salvación. Un día llegó a su puerta un mendigo, que le dio varios consejos para lograr la unión con Dios.

El reino de Dios está en nosotros mismos, al que podemos entrar por la vida contemplativa. «Vengo de Dios y así mi camino es hacia Dios; el que va conmigo es el mismo Dios» Desapégate de todo lo criado, alaba a Dios, ama, sé humilde.

«Las adversidades no hacen que el día sea adverso, sino nuestra impaciencia, que nace de tener nuestra voluntad ejercitada en sus divinas alabanza en todo momento»

«El hombre que tiene muertos sus apetitos humanos y su voluntad totalmente entregada a la de Dios, bienaventurado en la tierra le podemos y le debemos llamar pues en todo hace su voluntad, acorde a la de Dios».

Así para quien ha logrado seguir la voluntad de Dios, ve que todo lo que Él nos manda tiene una utilidad y que lo hace por su infinta biondad. Así que lo que aparentemente puede ser adversidad, si tenemos la actitud adecuada y la voluntad enfocada a lo que quiere Dios, siempre será provechosa al alma.

Cómo podemos lograr la perfección: «Mendigo: con tres recursos son estos: continuo silencio, altos pensamientos y unión con Dios.» El mendigo le dijo que tenía dos brazos, el derecho que simbolizaba el amor a la divinidad y el izquierdo representa la humanidad de Jesús.

Beato Enrique Susón (1295 – 1366)

Es uno de los autores más leidos su obra El libro de la eterna sabiduría fue muy famoso en la Edad Media y sirvió de manual espiritual para la almas devotas.

Susón hacé enfasis que Dios es la sabiduría eterna, la cual debe conocerse por medio de la contemplación en un marco de soledad y silencio. Empezar por conocer para amar a Dios. Concentrarse en la pasión y muerte de Cristo. La cruz es el árbol, camino, monte y puerta para alcanzar la bienaventuranza. «

«Levanta tu espíritu a las regiones de una santa contemplación, en la cual encontrarás el objeto eterno de todos tus pensamientos»

Sabiduría.- Sólo por la amargura se puede llegar a las duzuras y por las humillaciones de mi humanidad, a las grandezas de mi divinidad» «…porque nada mejor para reconciliar la tierra el cielo, que la sabiduría de la cruz y los tormentos de mi muerte»

«Hermanos míos muy queridos: amad la Pasión de Cristo» Toma tu cruz y sígueme. Nadie aprende a morir, sino pensando en la muerte misma. «La verdadera sabiduría consiste en saber prever el fin de la vida, y en adelantarse por el pensamiento a la muerte misma»

  1. Conoce a Dios, en especial en su pasión y muerte. Entra dentro de ti, haz introspección por la contempalción. Darse cuenta que el ser humano por sí mismo es nada y que necesita de Dios. Integrar a Dios en tu vida.
  2. Enfócate en Dios, todo hazlo consagrandolo a Dios (acción). Revístete de Dios. Contemplación y acción deben ir juntas.
  3. Despréndete de ti mismo. Rechaza el pecado, el placer, el egoísmo. Práctica la virtud y el ascetismo. Libérate, haz mas llevadero tu camino, sigue la pobreza voluntaria, no tengas apegos con la gente o las cosas.
  4. Cuando llegue el dolor, padece conmigo.
  5. «Todos los que quieran volver a Dios y hacerse hijos del Eterno Padre, han de abandonarse así mismos y convertirse a Jesucristo de corazón para así conseguir la unión beatífica de la gloria». El abandono consiste en seguir la voluntad de Dios sobre la de uno mismo. Seguir los mandamientos y preguntarse en cada decisión que haría Jesucristo en este caso. Ser como Job que dijo: «tú me lo diste, tú me lo quitaste bendito sea Dios». El desasimiento es ese santo abandono, el saber soltar.
  6. Deificación: comunión fuerte, unión con Dios. Alegría ya en esta tierra. Como decía san Pablo: «Vivo, pero no soy yo quien vive, sino que es Cristo el que vive en mí»

Ludolfo de Sajonia o el cartujano (1300 -1377)

Primero entró a la Orden de Predicadores y al parecer fue discípulo de los místicos germanos – renanos. Estuvo alrededor de 26 años con los dominicos, llegando a ser maestro en Sagrada Teología y después por su amor a la soledad y el silencio pidió entra a la Orden Cartuja de Estrasburgo en 1340. Murió el 10 de abril de 1377.

Escribió una Vida de Cristo que fue muy famosa, que generaría puentes entre la mística especulativa y la Devotio Moderna en especial en el autor de la Imitación de Cristo el beato Tomás de Kempis (1380 – 1471). al año siguiente de la muerte de Kempis, se publicó.

En España se se publicó la Vida de Cristo de Ludolfo de Sajonia de 1502 a 1503 en cuatro gruesos volúmenes traducidos por fray Ambrosio de Montesino, OFM.

Ludolfo escribió un total de 12 libros, los cuales fueron claves en la conversión de Ignacio de Loyola que fundaría a la Compañía de Jesús o jesuitas.

La mística jugó un papel clave en la evangelización de América, por ejemplo, el primer vicario dominico de América, fray Pedro de Córdoba en sus sermones que se convirtieron en la Doctrina Cristiana publicada en México en 1544, 1548 y 1550, contenía información tanto de Ludolfo de Sajonia como de Tomás de Kempis. La doctrina la mandaron a publicar fray Juan de Zumárraga y fray Domingo de Betanzos.

En síntesis la mística germánica – renana se caracteriza por:

  • Ser Cristocéntrica, Cristo como modelo a imitar y salvador del mudo.
  • Filosofía de la Cruz, la pasión y muerte como eje del pensamiento del cristiano. La vida del ser humano debe tomar su Cruz (dolores, enfermedades, sufrimientos, problemas, etc) para poder disfrutar de la felicidad eterna.
  • La sabiduría es el gusto por las cosas divinas y la lucha por alcanzarla. La principal meta del ser humano es su salvación.
  • Síntesis de vida contemplativa y activa. El proceso inicia con una fuete introspección en el marco de la soledad y silencio para desarrollar el ser y conocer a Dios. Desde esa experiencia contemplativa, lograr que la vida activa sea una alabanza a Dios y un servicio a los hombres.
  • El seguimiento de Cristo es un proceso que busca la unión del alma de los seres humanos con Dios.
  • Las tres D son los tres grandes pasos de este proceso: Desprendimiento, Desasimiento (seguimiento de la voluntad de Dios o santo abandono) y Deificación, unión del alma con Dios.

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